miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Virgen de los Dolores en su Soledad de Alcalá del Río

Os mostramos hoy una entrada de la localidad ribereña de Alcalá del Río y más concretamente de la Virgen de los Dolores en su Soledad Coronada que junto con el Cristo Yacente, conforman la hermandad de la Soledad, procesionando en la tarde noche del Viernes Santo.

La Dolorosa es de autor desconocido, situándose cronológicamente a mediados del S. XVI. En 1556, Bartolomé Ximenes, clérigo alcalareño, dispone que los viernes de cada mes le digan una misa "a la efigie de Ntra. Sra. de la Soledad, con pena". En las Reglas de fusión de la Hermandad de la Soledad con la del Hospital de San Bartolomé, de 1582, se nos ofrece la primera noticia que se tiene en Alcalá del Río de una salida procesional, en este caso de la Virgen de la Soledad.

Morfológicamente, la imagen de la Santísima Virgen presenta la boca sellada, las comisuras de los labios hundidos, el rostro sereno y un cuello amplio y sin anatomizar Su acusado hieratismo de talle y cabeza y su sobriedad expresiva la alejan, definitivamente, de la rotundidad barroca tan cargada de dramatismo, acercándola a la serenidad y equilibrio renacentistas.

El paso de palio atesora piezas de arte de los siglos XVIII, XIX y XX. Los bordados en oro sobre terciopelo negro, se deben a Patrocinio López, Concepción Peláez y a las prodigiosas hermanas Antúnez. Tras una serie de intervenciones y modificaciones, el resultado definitivo se consigue entre los años 1898 y 1903.

Salida Extraordinaria de Aniversario de la Coronación Canónica de 2006
La peana, en plata de ley con realces sobredorados, es obra, en su primera mitad, de finales del siglo XVIII, y que lleva los punzones de los orfebres "GARCÍA 10 NO&DO" y "M. PALOMINO". En 1955, en los talleres de Villarreal, se realiza la otra mitad, también en plata, siguiendo la traza original de Palomino. Se completa, en el centro, con un corazón traspasado por una espada en el interior de un sol y dos azucenas, en los extremos, todo ello en plata de ley.

Los varales, estrenados en 1943, son obra de Francisco Bautista Lozano, discípulo de Cayetano González. Basamentos con capillas en forma de cuenca delimitadas por pares de columnetas, primorosos labrados a lo largo del fuste y rematados con jarras. Cuatro faroles de plata de ley figurando dos de ellos como faroles de entrevarales.

De los talleres de Villarreal es el resto de la orfebrería del paso: juego de jarras (1941); respiraderos, magníficamente labrados con nueve capillas delimitadas por columnas salomónicas (1974); candelabros de cola, de nueve faroles y con águilas coronadas en su basamento (1977); candelería de 89 piezas de exquisito labrado e Imagen de la Virgen del Carmen, en plata y marfil, y llamador en plata, donado por la juventud cofrade de la Hermandad.

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